8/02/2010

Divagando en ti...

De pronto, cuando no estaba poniendo atención a mi mundo, apareciste y desordenaste mi desorden, apagaste mis oscuridades para encender luces extrañas. Me abandonó la poesía y me llené de una prosa rara, con imágenes de ti. Llevo horas tratando de escribir algo, de botar un poco de esto que me llena, para no ahogarme de felicidad de tenerte, para no hundirme en esta nostalgia de saberte lejos. Este cuarto se me hace enorme y a la vez me asfixia, y me doy una noticia de último momento....no hay otro lugar a donde ir, por que todos los lugares son iguales...en ninguno de ellos estas tú.

He analizado mis heridas, y reirás al saber que...ya casi no encontré ninguna, las que más dolian se han ido.

A veces en mis momentos de música fuerte, pareciera que puedo percibir tu olor en mi piel, esta en el aire, no lo sé, pero me siguió hasta aquí, y si cierro muy fuerte los ojos, se que estará ahi, si cierro fuerte los ojos puedo sentir tus manos en mi cara, en mi espalda, puedo sentir tu aliento en mi cuello, puedo escuchar tu risa, puedo ver tus ojos cuando se quedan mirandome, hasta puedo sentir la fuerza de tus brazos cuando me apretas contra tu pecho.

Me preguntaba cómo hacias para enamorarme asi, me preguntaba cómo lograbas que te extrañe tanto, cómo sanabas mis heridas, y me respondi que fue en ese descuido de mi vida, en ese momento preciso en que bajé los brazos y dejé de mirar, en el momento en que le grité al cielo que me rendia, cuando me dije no más heridas, no más tristeza, no más arriesgarme por nada, ahi, cuando buscaba la manera de borrar el camino que llevaba hasta mi, tu pasaste corriendo, te escapaste cuando traté de sacarte, burlaste todas las barreras y de pronto, aparecimos aquí, de pronto y de sorpresa me vi contigo sin poder estar sin ti.