5/30/2006

Caminos Acuáticos




Caminos acuáticos, barriales,
soles oscuros que no iluminan,
lunas caóticas y aterradoras
palabras cortantes, destructoras.

Corazones latiendo débilmente
asfixiados de angustia, de dolores, corazón abierto mutilado,
corazón seco, sangre desbordada al vacío.
Su pecho se ahoga en un llanto clandestino,
un llanto que no sale, no quiere se niega,
no libera lagrimas de oro, ósculos amargos.

Su piel, tierra, otrora tierra fértil,
se ha vuelto solo rutas escabrosas,
una llanura áspera, incolora, gris.
Antes fue su boca un viaje infinito,
ahora ya no significa nada para mi,
solo es una boca atrapada en la tristeza,
poseedora de un rictus siniestro, cruel.

Voz tibia, se congela poco a poco.

5/19/2006

Se ha ido


Se van devastando mis alucinaciones tardías,

caen de bruces en el suelo calcinado y derruido,

colapsa su sistema de amores articulados,

explota en volutas de sangre rosada y miel.

Viajan dolores y sonrisas junto a una paloma,

miran desde los rincones de la tierra

como amortajados por un Dios que no se ve,

por manos desarmadas de quebranto,

sudorosas, acobardadas, con terror.

Mente acorazada, por un tétrico crujido,

encerrada en su rabia, en sus tinieblas de color.

Ojos claros y llorosos, dolorosos por mi daga,

heridos por mi boca destructora, ya sin magia.

No me mires con lagrimas, con odio, sin amor,

que la vida se me escapa, corre aprisa,

me rechaza se esconde, igual que tu.

Igual que tu ahora esta muy lejos,

igual que tu ya se ha ido sin mi voz.

5/11/2006

Vuelo


Vuelo sin rumbo en un cielo desconocido, con el corazón despedazado, en llamas, agonizando por un disparo recibido en plena alma. Camino como adormecida por rutas ciegas, que no se acaban, que no me llevan a ninguna parte, solo me extravían un poco más en las tinieblas asesinas. Camino sopesando los destellos de color circundante de la tierra, cubriéndome, arropándome para que no escape lejos, para que no me vaya sin volver. Seguiré caminado por rutas sombrías, viajare a las tierras donde el sol ya no sale, donde ya no amanece, ya no se ve la aurora de fuegos fatuos, de colores esfumándose. Y en estas tierras moriré, callada, entrare en mi tumba, cerrare en la puerta con candado doble, nunca mas saldré, por siempre moriré en mi soledad.

Mírame, tan patética y sombría, tan voluble e insegura, no estoy segura ni siquiera si la sombra que me sigue es mi sombra o es de alguien mas. Siénteme, como si la escarcha se hubiera apoderado de mi vientre, y la nieve cubriese centímetro a centímetro mi piel. Así se siente, totalmente helada, con los poros entregados a una silenciosa agonía, destinada toda ella a el frío interminable de una nieve hecha con lágrimas, a un frío que es del alma, a una escarcha sacada de mi negro corazón.